domingo, 2 de septiembre de 2012

Media vida en 25 canciones (25)


Cómo te extraño

   Ana María Alias Vega (Pasión Vega) nació en Madrid pero creció en el barrio de Nueva Málaga de la capital de la Costa del Sol de donde es originaria su familia. Se inició en el mundo de la música participando en el coro de la parroquia de su barrio, grabó su primera colaboración en un disco benéfico de villancicos y en 1992, con 16 años, se presentó en un concurso de radio en la Cadena Ser quedando en tercer lugar.
                                    
  Ya bautizada artísticamente como Pasión Vega, su primer éxito musical le llega a través de su brillante interpretación de Ojos verdes y obtiene una extraordinaria acogida en su presentación en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, en la Semana de la Copla, Entonces su repertorio estaba formado exclusivamente por coplas clásicas que atraían a un público maduro, pero luego se dio a conocer en toda España a través de nuevas producciones discográficas con las que su público crecía en número y menguaba en edad, gracias a su gran expresividad interpretativa y una calidez vocal extraordinaria.

  Ya desde sus primeras presentaciones exhibió ese estilo propio –lejos de los tópicos que acompañan a las tonadilleras—que no precisaba de batas de cola, ni abusar de los excesos vocales o escénicos para interpretar las coplas de Quintero, León y Quiroga, entre otros autores clásicos. Después de la copla llegó el momento de innovar en su carrera y apostar por autores actuales –tanto consagrados como desconocidos- que estuvieran a la altura de sus cualidades. Su primer disco Un toque de distinción respondía a un estilo más pop, con baladas, boleros y canción ligera, una producción primera que representaba su debut como profesional. Y, tras esta incursión en el pop, se decanta en los trabajos siguientes hacia un repertorio más tradicional.  Como buena aficionada al flamenco, a Pasión Vega se le nota que lo respeta profundamente. Y, del mismo modo, ocupan un lugar destacado entre sus referencias musicales la canción de autor (Serrat, Carlos Cano, Javier Ruibal), el tango, el bolero, la música italiana, las rancheras, los grandes crooners como Sinatra, el fado y otras músicas de raíz popular. Pasión Vega también ha cantado en algunos conciertos de la gira colectiva  Acordes con Leonard Cohen, en homenaje al cantautor canadiense. Y como prueba de su interés por adentrarse en otros terrenos musicales, ahí están sus versiones de Fragilidad  del ex-líder de Police Sting, la de Alfonsina y el mar  acompañada por el tenor José Carreras o de su Non credere de la italiana Mina. Posiblemente porque Pasión Vega puede cantar maravillosamente casi todo,  copla, tangos, rancheras, arias e incluso temas del mejor swing norteamericano. Uno de los autores emblemáticos con los que ha colaborado es el cantautor Joaquín Sabina, quien dijo de ella:
-“Pasión canta como si llevara un viejo dentro, por el asunto del duende, quiero decir. Se puso a cantar y tenía la pureza de Concha Piquer, esa cosa antigua que parece imposible en una cantante tan moderna.”
                   

      Precisamente, fruto de esa admiración compartida de estos dos andaluces por uno de los más grandes cantaores flamencos de todos los tiempos –José Monje Cruz, Camarón de la Isla--,  es, precisamente, este prodigio de canción que hoy traigo aquí, y que se titula Cómo te extraño. Para mí, una de las cimas del disco titulado Pasión Vega de la cantante malagueña.
                                     CÓMO TE EXTRAÑO
Cómo te extraño, 
motín de la razón, 
soledad sonora, 
cincuenta años 
algunos más que yo 
cumplirías ahora. 
Jondura en vena, 
cura de hierbabuena, 
galope inerte, 
patera hundida, 
viva la mala vida, 
muera la muerte,
muera la muerte. 
Del horizonte 
penando vengo, hermano,
rezando voy 
al Sacromonte, 
donde hasta los gitanos
saben quén soy. 
Maestro escuela, 
duque de las duquelas
de la memoria, 
pan con tomillo, 
coñac de carajillo 
sin achicoria. 
Las churumbelas 
que en la cuna mamaron
por bulerías 
pasan papelas 
de las que te mataron
cuando vivías,
cuando vivías.
 Corazoncito 
herido en el combate
con las entrañas, 
qué huerfanito, 
se ha quedado el Tomate,
el polo y la caña. 
Con qué desgana 
 se hacen las gaditanas
tirabuzones; 
sin tu saeta 
va la Esperanza a dieta
de camarones, 
de pescaílla, 
de boga y de jurel
de la mar amarga, 
¡qué pesadilla! 
la silla sin José 
en la Venta Vargas,
la Venta Vargas. 
   Joaquín Sabina, que tiene rajo y duende para tantas cosas –no sólo para las rumbas-- compuso hace una década Cómo te extraño en honor del gran genio flamenco de San Fernando prematuramente desaparecido y a mí me parece que es la mejor elegía de todas las que se le han dedicado. Gracias a Pasión Vega, que está tan cerca de tener la mejor voz española viva en una cantante popular. Yo espero vivir lo suficiente como para escucharle cantar alguna vez un “blues”.
                                      
 Bueno, retiro esta última frase. En realidad, Como te extraño es un portentoso, desgarrado y sentimental “blues” español –y hasta muy flamenco, si me apuran-- dedicado a alguien que rozó el cielo con las yemas de los dedos de su garganta mientras sus pies chapoteaban en el fango ardiente del infierno.
Sergio Coello